domingo, 5 de abril de 2015

Tapas de Piñeiro y de Vargas Llosa

Tapas.

Foto de Claudia Piñeiro.




La tapa es el elemento del libro que menos le pertenece al autor, y sin embargo, una vez elegida, lo acompañará siempre. En general es la editorial quien propone tapas y el escritor elige junto al editor entre una serie de posibilidades. Aunque tengo amigos colegas que han luchado por poner el diseño de tapa que ellos imaginaron para su texto, no siempre con los mejores resultados. Porque los que saben de tapas son los directores de arte o diseñadores especializados, quienes a veces captan la esencia del libro rápidamente y otras veces después de infinidad de intentos. Más abajo les muestro la evolución de la tapa de "Una suerte pequeña". La primera, la de la mujer sentada, es la que quedó finalmente. Las otras fueron intentos anteriores que se descartaron por distintos motivos.
Una vez que la tapa se impone, es mejor apropiarse de ella. Sin embargo en distintas ediciones la tapa de un libro puede modificarse. Cuando salió la película, "Las viudas de los jueves" tuvo una tapa especial ilustrada con una foto de los actores. "Betibú" y "Tuya" conservaron la que tenían pero agregaron una faja. La ilustración de tapa también suele cambiar en los distintos países donde un libro es traducido.
La mejor anécdota de cambio de tapa me la contó Mario Vargas Llosa una vez que coincidimos de jurado del premio Alfaguara. Yo había llevado "Pantaleón y las visitadoras" para que me lo firmara. Cuando le mostré el libro se lo quedó mirando. La tapa mostraba la foto de cuatro señoras (o señoritas) de semi perfil, posando en la playa en hilera, con una pierna flexionada como imitando coristas. "¿De dónde sacaste esta edición?", me preguntó con cara de asombro."La compré hace muchos años en Buenos Aires. ¿Por qué?". "Esta edición la tuvimos que sacar de todas las librerías. La editorial había comprado la foto en un banco de datos italiano y cuando el libro llegó a México, una señora y sus hijas se descubrieron en las vidrieras de las librerías levantando las rodillas. Alguien había vendido sin autorización una foto familiar que les había tomado en una playa de Italia. Y para colmo para ilustrar visitadoras. A la familia no le cayó bien". Obviamente guardo el ejemplar firmado por Vargas Llosa con tapa censurada y anécdota y un estante especial de mi biblioteca.



Foto de Claudia Piñeiro.

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