Lunes por la madrugada
El placer de bloguear
sábado, 14 de marzo de 2015
Los límites pilosos del amor
Entrar al baño y amar tener que limpiar los pelos que te deja en el lavatorio, en la tijera, en la gilette. Dejarle vos misma tus pelos en la esponja, en la bañera, en el cepillo. Cuando empezás a odiar eso mismo, ojo, algo se está cortando.
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