jueves, 1 de enero de 2015

Tres poemas que me hacen avergonzar de mí misma

PAULA IRUPÉ SALMOIRAGHI


No quiero



No quiero el amor
el doloroso.
No me quiero sumisa e impotente
ante los vaivenes de otra persona.

No lo quiero.
Pero te amo.
Y tengo que aprender.




La desesperación


Conozco la desesperación de los suicidas.

Anoto
el verso anterior
porque es un buen verso.

Y me lo olvido.




No puede



Él no puede ser todo para mí.

Sólo es un hombre.

Si extraño a mi mamá, lo llamo.
Si odio a mi amiga, lo llamo.
Si discuto con mis hijos, lo llamo.
Si no me entiendo a mí misma, lo llamo.

Es normal que a veces
elija no atenderme.

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