domingo, 18 de enero de 2015

Pata quebrada

El martes pasado. Yo quería andar en bici. Le ofrecí a Gus si quería que le lleve el almuerzo a la agencia, me dijo que no, que andaba girando. Igual se me ocurrió ir a pagar servicios. Ni llegué a subirme a la bici, ojotas, barro en la entrada y a la mierda. Un espanto de dolor.
Vinieron los vecinos, llamaron a RAfa que llamó a Ju y a Gus. Llamamos a la emergencia, una hora en la camilla esperando que Ioma me destine a algún sanatorio. En el SAn Miguel me atendieron divinos. Tengo que operarme el viernes que viene. Ahora estoy enyesada en casa.
De a ratos lloro de tristeza, de pensar en todo lo que no puedo hacer. De a ratos me río de tener a mi marido (ya se hace cargo del cargo ante médicos y enfermeras) y a mis hijos que me cuidan tanto. No publico mucho porque Magda está en Jujuy y no le dijimos nada para que ni se preocupe ni vuelva antes por mí. Aunque la extraño tanto...

Hoy vino Silvana y me lavó el pelo, me depiló y me hizo limpieza de cutis. Además de traerme y servirme riquísimos ravioles. Gus está todos los días y estuvo acá en casa y con RAfa y mi auto los tres días que estuve internada. ES una locura que él y yo pasemos por esto. Ël dice que es el castigo que Dios le manda por meterse de nuevo conmigo.Yo digo que es nuestra prueba de amor. Y lo amo tanto...Sobre todo cuando me consuela, me dice que no me ponga nerviosa, me lleva al baño en silla con rueditas del escritorio, me lava la cachufla, me cambia la toallita (porque además estoy menstruando), me baña con esponja, me ceba mate, me hace lavar los dientes, va y viene entre viaje y viaje.


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