jueves, 11 de diciembre de 2014

Él y los pornosonetos

Soy tan pesada conmigo misma que, en medio de mi bajón, se me vienen cosas lindas a la cabeza para levantarme el ánimo (pero dejalo allá abajo, mujer, y no jodas)...

Me acordé de que el otro día le mandé un mensajito diciéndole que me haga acordar (siempre hago eso para tentarlo y para no olvidarme de mis ataques de euforia) de mostrarle los pornosonetos que tengo que leer el domingo en público. No nos acordamos ese día, ni al siguiente, pero unos días después me lo recordó y le mostré. Yo me trababa al leer, él decía qué barbaridá cómo vas a leer esto y le hice leer a él el del chongo que te poncha (anotar sueño de mi vida cumplido). Después los guardé en el estante sobre mi cama y él me decía: mirá si tenemos un nieto y se encuentra esto en la biblioteca de la abu. Jaja.

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