martes, 4 de noviembre de 2014

El peor de los autoboicots

Siempre dije que nadie me conocía como realmente yo era. Pero, por otro lado, que nadie podía quererme como realmente yo era (fuera de mis hijos e hija, porsupu, que me conocen y aman desde que nacieron). Pero que él sí me conocía y no me amaba y trataba todo el tiempo de cambiarme y eso era la mejor prueba de que yo no era "amable" al natural y en forma original, que había que modificarme.

¿Y si de repente, digo, de repente, él no pudiera evitar amarme? Aunque lo intentara no pudiera dejar de hacerlo: ¿Qué demostraría eso? ¿Habría yo perdido todas las excusas para evitar ser yo yo yo misma misma?

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