lunes, 24 de noviembre de 2014

Canciones

De repente me encuentro cantando "Es la historia de un amor como no hay otro igual, que me hizo comprender todo el bien, todo el mal". Ayer cantaba "La felicidá ah ah ah ah, me la dio tu amor oh oh oh oh". Y me acordé que el otro día en el telo sonaba (y yo se la canté en la cara) la de Sandro: "Por ese palpitar que tiene tu mirar, yo puedo presentir que tú debes sufrir igual que sufro yo por esta situación que nubla la razón sin permitir pensar. ¿En qué ha de concluir el drama singular que existe entre los dos tratando similar tan sólo una amistad mientras en realidad se agita la pasión que muerde el corazón y que obliga a callar?" (Juro que no repetí el estribillo)

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