Le llevé mi libro de poemas.
Mi tren monoplaza fue armado por poemas que escribí por él (no digo para él porque nunca entendió nada). Ahora, quizás, tampoco: Lo primero que vio fue la dedicatorio a Martín y a mis hijos, lo primero que me dijo fue por qué le traía un libro (me costó 4 años decidir eso) que no era para él. ¡Agrandado de mierda! En el fondo es un soberbio... Je. Me reí en su tonta cara, creo que lo besé, creo que le dije que se hiciera cargo y si no, que me llevaba el libro y a mí que me importa. Dijo que no. Dije: "No lo leas ahora". Creo que no quiero ser testigo de su entender o no entender.
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