La tristeza y la alegría me suben y me bajan, de minuto a minuto. Ahora: he descubierto (aunque no sé cuál será su sentido exacto) que realizan movimientos diferentes: La alegría "me sube" desde adentro mío, desde abajo hasta la comprensión de esa alegría; la tristeza, en cambio, "me baja", como si desde afuera me cayera encima un baldazo de agua.
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