lunes, 24 de marzo de 2014
Antidomingo
Ayer fuimos con Valeria y Gabo al Antidomingo de Espacio Oliverio Girondo.
Las lecturas de poesía siempre me producen una cosa de qué lindo y qué feo a la vez. Me gusta lo de los poetas en comunidad y la lectura en voz alta, me incomodan las frases hechas, los lugares comunes, las pequeñas mezquindades. (Los chismes son el puente entre ambas sensaciones encontradas, je)
Vale y Gabo son unos genios y su cariño, lo cómoda que me siento con ellos me alegraron mucho la tarde. El barrio casi otoñal, el café y mi franosequé en la vereda, el espacio Oliverio que tan feo se veía de afuera y tan lindo es de adentro.
Leyeron Jorge Aulicino, Irene Gruss y Mería Belén Aguirre. Para mí todas las flores se las llevó la Gruss con su malhumorada alegría, sus puteadas, sus improvisaciones jocosas sobre la tinta de su impresora y su viaje a la costa y algún premio que no recibió.
Lo más de lo más de lo más fue ver entrar por la puerta, yo sentadita en primera fila, a Rubén Reches. No lo veía desde hace 20 años, nos habíamos escrito y prometido y yo había confesado aquí mismo mi amor adolescente pro mi profe de francés poeta. No supe si saludarlo o no, me acerqué pensando que me le iba a sentar delante hasta que se diera cuenta de quién era yo. No hizo falta: apenas toqué su mesa, me sonrió como siempre, me saludó con nombre y apellido y se puso a bromear de esa forma en que una nunca sabe qué es en serio y qué en joda. Un placer: el mes que viene lee él. Y allí estaremos.
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