viernes, 27 de diciembre de 2013

Siempre dije que mis libros cambian en los estantes...

¿Aira siempre fue tan genial y yo no me había dado cuenta? Había leído La guerra de los gimnasios y Como me hice monja, incluso medio Ema la cautiva y no se me había movido ni un pelo. Ahora retomé Ema y quedé boquiabierta y la terminé y devoré todo lo que me quedaba de él en la biblioteca: El volante y La cena. Geniales.

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