sábado, 23 de noviembre de 2013
El deseo es revolucionario
Piensen lo que piensen algunos revolucionarios, el deseo en su esencia es revolucionario, el deseo, ¡no la fiesta!-y ninguna sociedad puede soportar una posición de deseo verdadero sin que sus estructuras de explotación, avasallamiento y jerarquía se vean comprometidas. Si una sociedad se confunde con sus estructuras (hipótesis divertida), entonces, sí, el deseo la amenaza de forma esencial. Para una sociedad tiene, pues, una importancia vital la represión del deseo y aún algo mejor que la represión, lograr que la represión, la jerarquía, la explotación, el avasallamiento mismos sean deseados ... El deseo no 'quiere' la revolución, es revolucionario por sí mismo, y de un modo como involuntario al querer lo que quiere. (Deleuze, 122).
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