sábado, 16 de noviembre de 2013

Cuánta vaginalidad

Las histéricas









Las histéricas somos lo máximo...
las histéricas somos lo máximo...
extraviadas, voyeristas, seductoras compulsivas,
finas divas arrojadas al diván de Freud.. y de Lacan.

¡Ay, Segismundo, cuanta vanidad!
Infantiloide malsano, el orgasmo clitoriano.
¡Ay, Segismundo, cuanta vaginalidad!
El orgasmo clitoriano, se te escapa de la mano.

¡Ay, Segismundo! De tan macho, ya no encajas.
No me digas que el placer es pura paja.

Por lo demás, correspondo a tus teorías:
estoy llena de manías, sueños, fobias y obsesiones;
sólo tu envidia del pene y el diván de tus eunucos
administra mis pulsiones compulsivas.

¡Cómo me duele este mundo, Segismundo!
La parálisis, la envidia, la neurosis nos gobierna...
¡Cómo me duelen los pobres, cómo jode la miseria!
Ora sí que lo de menos es la histeria.

Las histéricas somos lo máximo...
las histéricas somos lo máximo...
solidarias, fabulosas, planetarias, amorosas,
superegos moderados, cunnilingus para todas a placer.

¡Ay, Segismundo, cuanta vanidad!
Infantiloide malsano, el orgasmo clitoriano.
¡Ay, Segismundo, cuánta vaginalidad!
El orgasmo clitoriano, se te escapa de la mano.

¡Ay, Segismundo! De tan macho, ya no sé
si poner punto final o...ponerle “punto G”.

Autora: Liliana Felipe

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