¿Se creían que era cualquier verdurita de juntarse en casa de amigos a delirar? No, señoras y señores, esto fue la Segunda Jornada Maratónica en la residencia BOHN-CALLEGARIS y contó con alta preparación y efectos especiales.
De mi parte: Descubrí los identificadores de vaso y, como no podía ser de otra manera, me tocó el hombrecito negro; me gané dos diplomas además del de asistencia: El "príncipe" por llegar primera y el "Premio glosador" por "asistir mediante comentarios informativos a los demás participantes" (que quiere decir que me premiaron por hablar durante la proyección aunque me estuvieron chistando todo el día).
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