Mijo se va a comprar bananas y se hace un licuado. Lo toma y dice: Quedó mejor el de bananas podridas que hizo ayer Magdalena. Le digo: Será más rico con bananas más maduras, no podridas, o será porque lo puso en la heladera. La otra grita desde el cuarto: Le puse dulce de leche y canela. (No hay caso: La que sabe, sabe, je)
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