sábado, 4 de mayo de 2013

Una mujer que contaba los ángeles del cielo

MIRADA DE PERRO


Daniel Freidemberg



Urdía el rumor de una mujer la calma
una mujer
que contaba los ángeles del cielo
como si condensara el mundo en sí
y yo era como un perro a la siesta, mirando
el sucederse de las cosas
que ah sí estallaban sí y también
sabían recomponerse
como diciendo "a ver qué pasa"

y eran los días y las noches, y era
la nitidez de una naranja al sol
como diciendo "una naranja"
"¿Sí?" dice la mujer pregunta "¿naranja?"
"Sí" dice el coro
¿Sí?
Ni ella ni yo lo comentamos, ni ella ni yo
sabríamos alcanzar
ciertas palabras
tal cual los ángeles del cielo que ah estallaban
al roce de un cambio de luz
y eran caídas plumas de ángel que
los dos juntábamos
como diciendo "algo a juntar"

Y esa es la historia ¿esa es la historia? un hombre
a su manera ordena el caos
que resplandece ante sus ojos
y la mujer cuenta los ángeles, los hace danzar
al ritmo de sus lentos modos
como reflejos de oro lento en las nubes
que anuncian tormenta
Y ella sospecha
que entre ángeles y perros
hay un secreto que debe descifrar
"todo ángel es terrible" dice y
me rasca la cabeza



(Éste fue uno de los poemas leídos por Liliana Díaz Mindurry hoy en la jornada en Ruinas Circulares. Pero la versión que leyó de la antología personal titulada Sonidos de una fiesta ajena tenía un final distinto: decía algo como "me dice, no sé si a mí o al perro". Me gusta éste de "me rasca la cabeza")

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