domingo, 22 de abril de 2012

Serrat-Sabina, cómo los quiero






Una maravilla, un deslumbramiento no por esperado menos deslumbrante y sorprendente: ¿Cómo se puede reirse y llorar durante tres horas con tanta intensidad sin reventar?
De todo: Desde Caminate no hay camino (mis 10 años y el disco de vinilo de mi vieja) hasta Señora que no viví cuando fue éxito y me llega tan tarde (pero seguro), hasta 19 días y 500 noches y Nos dieron los 10 y las 11 y los temas eróticos y ochentosos de Sabina (los primeros que me gustaron, antes incluso de que me pusiera a escuchar Serrat sin Machado) y los momentos extremos de contrapunto entre estos dos tipos geniales: uno hablando mal del otro (el huevo izquierdo que Serrat no tiene, la leyenda de Sabina tocando en los subtes de Londres), los dos respondiéndose tipo payada, los dos confesándose "gallegos con corazón argentino" y el no irse nunca, y dos bises con pantalla de pájaros detrás y el Luna que aplaudía y gritaba y una bola de cariño para todos.

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