"Un hombre que odiara el suelo firme tal vez debería morar en la tierra para siempre. De lo contrario, el extrañamiento y los largos viajes marinos le llevarían un día a soñar con tierra firme, y le atormentarían con el absurdo de anhelar aquello que se aborrece.
Ryuji detestaba la inmovilidad de la tierra, las superficies eternamente inalterables. Pero un barco, aunque distinto, era también una prisión."
Yukio Mishima.
El marino que perdió la gracia del mar.
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