miércoles, 14 de marzo de 2012

Uno, dos, ultraviolento

América latina y la violencia en su narrativa

Sobre el encuentro “Centroamérica y México: La lectura violenta”.

Por PZ. (Publicado en Clarín, 14/03/2012)

“Los grandes libros, como La Ilíada, La Eneida, Macbeth, El Rey Lear, Guerra y Paz, Vida y destino, son libros violentos. Si uno los sacude mucho hasta gotean sangre. Esa es la verdadera escritura violenta. El asco e Insensatez son obritas menores que no tienen la ambición de pertenecer a esa gran liga de los violentos que llamamos clásicos.” El que habla es Horacio Castellanos Moya, uno de los más famosos escritores centroamericanos. Y si habla de esto es porque la violencia en la narrativa latinoamericana es el tema del encuentro que lo trajo hasta acá. Se llama “Centroamérica y México: La lectura violenta” y participan 14 invitados. De los extranjeros, además de Castellanos Moya, se destacan Rodrigo Rey Rosa y Martín Solares. Las preguntas son estas: ¿De qué manera el terror que se desata en las maras de El Salvador o las muertes que se producen por las guerras narco que golpean a México pueden ser utilizados como material para hacer literatura? ¿Cómo se piensa el cuerpo, la muerte, la sexualidad, el humor en la narrativa latinoamericana del siglo XXI? Y sobre todo, ¿existe algo como una “lectura violenta”?

—Lo primero que se me ocurre es que una lectura violenta es aquella que tenés que hacer a la fuerza, porque no te queda otra y entonces tenés que violentarte a vos mismo para hacer la lectura. Por ejemplo el corrector de estilo de Insensatez se tiene que violentar a sí mismo para leer algo que no le gusta leer y que no quisiera leer, pero que tiene que leer para ganar el dinero que necesita para sobrevivir. El preferiría estar leyendo a un buen poeta, o estar en la cama con su chica o en el bar con sus amigos antes que leer un reporte sobre derechos humanos que no le produce placer. Y en su caso es una lectura violenta a dos niveles, porque, además, lee un reporte sobre la violencia, sobre el genocidio de indios. Él es víctima de una lectura violenta.

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