miércoles, 11 de enero de 2012

Miedo de mí misma

Haciendo de turista por Baires, caminé desde el Luna hasta Corrientes y Uruguay. Resistí la tentación de comprar mamuskas con precio en dólares y bobadas en chinos llenos de bobadas divinas (los abanicos y las máscaras venecianas imantadas para heladera fueron difíciles de abandonar). Metí en el bolso La mujer de mi vida y Diario de poesía y una agenda divina organizada según el Calendario Maya. Conseguí en mesa de ofertas Los amores de Laurita de la Shúa y Trafalgar de la Gorodischer. Compré a 25 pe una novela de Zoé Valdez de la que no leí nada todavía y tenía ganas pero la vi a 10 en la cuadra siguiente. Completé algunos ítems de mi larga lista postprisioneros de la torre con Leer y escribir de Bernani y Los postnucleares de Lola Arias y agregué La promesa de Silvina Ocampo con la excusa de mi seminario de febrero.
Iba a seguir caminando hasta Callao pero me asusté. Mi sueldo completo en la de débito, el alquiler pagado con el aguinaldo... Si no me subía rápido al subte y me volvía a casa ni siquiera la mirada torva de mi chapista reconstruyendo mi pobre Dodge iba a lograr que dejara de "hacer cositas con papel".

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