lunes, 5 de diciembre de 2011

La patria fría


Fuimos ayer, última función, con Magda y Lucía (Hija natural que parece adoptada y amiga adoptada que parece hija). Nos costó llegar, en domingo, en tren, en subte, caminando por ¿Once? hasta la calle Venezuela en medio del partido de Boca y yo que me avivé en las veredas de que tenía que ir custodiando a dos minones y que todos los muchachos me decían suegrita.
Je. La cosa es que mamita no defraudó a las chicas ("Ya me parecía que tu mamá nos traía a un lugar rarito...") y que la obra no nos defraudó a las tres. Nos encantó el lugar con blues, la sala-carpa, los caramelos sugus en la butaca, los actores tan cerca, la imagen decadencte de cada uno de ellos, la dulzura del humor triste y el momento político alrededor del cual pudimos entender "lo que explicó la de Historia".
Párrafo especial para mi profe de Española, Mariano Saba, en su papel de alemán nostálgico, tuerto, cuchillero (¿se dice cuchillero en el circo?) con mala puntería, entonando canción patriótica a Berlín. Una maravilla.

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