domingo, 13 de noviembre de 2011

Ayer compré La balandra


:: Entrevistas :: (Del blog de Eterna Cadencia)

Hacia mundos inexplorados
04-11-2011 | Alejandra Laurencich

Alejandra Laurencich explica el origen y el proyecto de La Balandra (otra narrativa), la revista literaria que dirige y que acaba de zarpar en busca de otra narrativa.

Por Florencia Parodi.


“La revista es una nave pequeña que viaja al lado de la nave mayor. Muchas veces está a la sombra, pero sirve para llegar a los lugares más interesantes. Me parece que ésta idea tiene mucho que ver con la propuesta de la revista: conocer una narrativa despreciada por ser nueva. Viajar a mundos inexplorados, ríos que sólo una embarcación como La Balandra puede acceder”. Así define la revista su directora, Alejandra Laurencich, narradora y guionista, autora de Coronadas de gloria, Historia de mujeres oscuras y Vete de mí, y coordinadora de talleres literarios y seminarios intensivos de narrativa. El proyecto de la revista es claro tanto en la metáfora de esta nave pequeña que se propone ir a la búsqueda de lo que queda relegado por los suplementos literarios o las instituciones, como en el lenguaje sencillo con el que se dirige al lector. Y el resultado es una encuadernación con muy lindo diseño, textura, y mucho material de contenido.

El primer número acaba de ser presentado en la Fundación Tomás Eloy Martínez y tendremos que esperar hasta la llegada del verano para el siguiente (la revista tiene frecuencia estacional), pero en esta entrevista adelanta algunas líneas que se van a desarrollar en el próximo y explica el origen de un proyecto de revista, que resiste la extinción a la que supuestamente están destinados estos cúmulos de hojas impresas que alimentan intereses.



¿Cómo comenzó el proyecto? Leí que la idea de la revista surgió como un ofrecimiento, ¿de quién?

Fue así, alguien, que prefiere mantenerse en el anonimato, me propuso financiar el primer número de la revista que yo quisiera hacer, sin presiones de ningún tipo, sin recomendaciones. “Hacés la revista que querés, reunís a la gente que te parezca, y dale para adelante, ¿aceptás? “ Una revista literaria. “Literaria, pero sólo de narrativa”, fue mi primera condición. De poesía no me animaba, porque soy lectora y nada más. Okey. Estuve un par de meses pensando si aceptar la propuesta, si meterme en algo así, porque estaba con muchísimo trabajo de supervisión de autores y además, tenía dos novelas en camino y un libro de cuentos. Mientras tanto, el germen de lo que luego sería La balandra, comenzó a crecer, y fue imparable. Tuve que aceptar, pese a que sabía que iba a ser enloquecedor, lo sabía, ¡¡maldita sea!! Je, je. Ahora esperemos que se venda mucho, así podemos seguir navegando.



¿En dónde buscan la nueva narrativa? ¿De dónde surgen estos novatos del oficio que les interesa dar a conocer?

La narrativa que publicamos es, en algunos sitios, ya vieja, como por ejemplo, el fragmento de la novela Palinuro de México, que escribió el mexicano Fernando del Paso en 1977, pero es nueva en el sentido de que acá no se la conoce como creemos debería conocerse, no se divulgó lo suficiente. O en el caso de los narradores eslovenos, son tipos consagrados en su país, reconocidos y traducidos en Europa y EEUU, pero cuando acá hablás de autores eslovenos, la gente piensa en Žižek, el filósofo, y pará de contar. Pero hay narradores muy grosos allá, podríamos hacer una antología con ellos, son formidables, todos. Por eso son la otra narrativa, la nueva, la que no se muestra o conoce. También cuando entrevistamos a un autor ya prestigioso acá, lo hacemos enfocándonos en su lugar de lector o principiante, para que se vea que todos los escritores comenzamos novatos, ¿no? Como en el caso de Guillermo Martínez, que nos cuenta cómo empezó a escribir y publicar y nos regala un texto escrito a sus trece años. O el cuento inédito de Neuman. Porque lo que nos interesa es mostrar esa otra narrativa. De la que todos hablan ¿para qué vamos a escribir más? Respecto de los autores nacientes, por ahora, surgen de gente que alguien propone, o gente que fui conociendo a lo largo de mi trayectoria docente, como formadora de autores, o gente de la que nos pasan el dato, los tapados, que le dicen. Todos esos textos, y también los que yo propongo, son evaluados por el equipo, para que no sea solo mi opinión la que cuenta. Y mucho no nos habremos equivocado, fijate que uno de los narradores nuevos publicados, Carlos Costa, acaba de quedar entre los 10 finalistas en el premio Letra Sur, entre 245 novelas y con un jurado que integraban Vlady Kociancich, Martín Kohan y Juan Sasturain. Eso nos llena de orgullo. ¡Porque nosotros lo publicamos antes de ese logro! Esperemos que podamos ser difusores de muchos talentos más. A partir de los próximos números ya empezaremos a publicar (tanto en la revista papel como en la página web) una selección de los textos de los autores que envíen su material a La balandra, con las condiciones que publicamos en el formulario de envío. Hay bastantes condiciones, pero todas razonables, nada que no se parezca a lo que puede hacer una editorial abierta a recibir a nuevos autores, o un concurso literario, claro que nosotros no tenemos más línea editorial que lo que nos parezca digno de difundir, lo que nos conmueva literariamente.



Las revistas dibujan circuitos y se alimentan unas de otras, ¿qué revistas se leen a bordo de La Balandra?

Como la mayoría de los que hacemos La Balandra somos escritores –y los escritores somos gente que no solo escribe, sino que lee compulsivamente–, cada uno de nosotros tiene sus preferencias, así que no hay una “disposición” sobre el asunto, del tipo: “Che, hay que leer tales o cuales revistas”. Nos pasamos datos, nos recomendamos publicaciones, como suele hacer cualquier grupo de narradores, o incluso de artistas plásticos, de amigos.

A título personal, puedo decirte que tengo una lista grande de revistas con las que he disfrutado a lo largo de mi vida, y muchas con las que aún sigo disfrutando. Supongo que gran parte de ellas me habrán servido de material nutricio, así como una vivencia positiva o negativa impacta en el escritor, y en su obra, ¿no? Desde chica he sentido inclinación por las revistas con una identidad bien definida, recuerdo por ejemplo cómo me gustaba leer Satiricón, o Humor, cuánto disfrutaba con la Expreso Imaginario o Pelo, cómo me conmocionaba robarle a mis hermanos la revista Crisis, o que mi mamá accediera a comprar la Emanuelle, una revista de Blotta que tenía una onda muy de nueva mujer, psicoanalizada, trabajadora, desprejuiciada, había interviús que me encantaban ahí. La Cerdos & peces, de Symms, la revista El periodista, que traía por entregas una novela de Tomás Eloy Martínez. Y en cuanto a revistas literarias, bueno, desde las míticas El ornitorrinco, Con V de Bian, Maniático Texual, para la que empecé haciendo reseñas, revistas que nos alimentaban, pasando por revistas de diseño, fotografía o arquitectura, en las que aprendí a ver la gráfica, el cuidado en el armado, la revista Humboldt, por ejemplo, la ZOOM, qué se yo, hasta otras como la fabulosa Puro cuento, La mujer de mi vida, para la que colaboré varias veces, La maga, Mil mamuts, Fledermaus (que hacía Hernán Ronsino con un grupo de gente muy copada), la mexicana El malpensante y muchas otras, una lista larguísima que desde hace años se ha enriquecido con las revistas virtuales, entre las que puedo destacar Los Asesinos tímidos, El interpretador, No retornable, Hablando del asunto, y seguro que me olvido de alguna fundamental para mí, pero mi memoria está saturada de datos por estos días.



Es una embarcación pequeña pero de diseño y linda textura, ¿cómo fue el contacto con Willy Weiss y el trabajo en el diseño?

Bueno, eso fue resultado de una búsqueda intensa, porque el tema de la estética es básico para mí, recuerdo una frase que escribí a los 13 o 14 años en un viaje en micro a Mar del plata: Hay que rodearse de belleza, y amarla. Era un postulado, y creo que lo sigue siendo. A los 15 años entré en la escuela de Bellas Artes, donde estudié siete años, hay arquitectos y artistas plásticos en mi familia, desde chica en mi casa escuchaba conversaciones sobre diseño, líneas estéticas, gran parte de mis amigos son artistas plásticos, o gente de cine, mi marido es fotógrafo, qué se yo, cuando surgió la idea de la revista lo primero que hice es pensar quién podría hacernos el diseño, porque mi intención era que forma y contenido se amalgamaran, que se potenciaran mutuamente, que la revista fuera algo especial, como para guardar en la biblioteca de tu casa cuando la terminaras de leer, y entonces hubo varios cambios de diseñador hasta que Hugo Salas, que formaba parte del staff en ese entonces, después se desvinculó, nos trajo el dato de dos diseñadores “joya”. Y uno de ellos era Willy. Cuando tuve la primera reunión con Willy, en casa, y empecé a contarle mis ideas y de lo que se trataba la revista, todavía recuerdo esa luz que había en el living, la lámpara iluminando la escena, hubo una inmediata sincronía, lo vi comenzar a volar, fue genial, él tomaba cada cosa que yo le decía y la traducía en posibilidades concretas. ¡Estaba tan entusiasmado con el proyecto! Cuando me mandó los primeros bocetos, un par de días después, de tan hermosos, me asustaron: era como si alguien hubiera copiado la perfecta imagen de lo que yo quería, pero con mucha más magia de lo que uno puede esperar, porque le había puesto su arte, su talento.



¿Qué se puede adelantar del segundo número?

Uy, estamos trabajando muy fuerte ya en el segundo número, se nos unió la gran Silvina Friera, que hará una nota para la sección Instituciones. Otra de las notas que publicaremos surgió como consecuencia de la los editores que salió en este número inaugural: ¿Cómo llegar a una editorial? en la que se vio como un consejo general, digamos, que muchos de los editores que colaboraron, señalaban que los novatos deberían considerar más propicia para su debut a una editorial de las llamadas chicas, o independientes, porque son las que quizá puedan hacer un seguimiento más “personal” del libro de un autor. Así que para el número de verano, nos proponemos hacer una guía importante –por supuesto no excluyente, porque es amplísima la oferta de sellos que hay– de editoriales independientes, en la que cada editor abra las puertas de su casa, podríamos decir; que nos cuente qué están buscando, si están abiertos a nuevos autores, cuál es su línea editorial. Eterna Cadencia ya nos hizo llegar, generosamente, su colaboración para la nota, escrita por Leonora Djament. También, en la sección Debates, que propone una reflexión sobre temas que interesan a los nuevos autores, y a todos, creo yo, incluso a los grandes lectores, habrá una nota sobre el tema de la corrección de textos. ¡Y ya nos están llegando colaboraciones de autores muy grosos! En nociones de oficio, que escribo yo, el tema es El narrador, porque muchos autores principiantes suelen confundir la figura del narrador con la del autor.



Entre los roles por los que circula el libro en su producción y distribución contemplan a los editores, al traductor, a lectores y autores, ¿el del librero no tendrá su apartado? Hay algunos que son dignos de entrevista.

Si, por supuesto, el librero entra dentro de la sección Instituciones, porque las librerías, para mí, las buenas librerías, son instituciones de cultura. Y los libreros, son los artífices de esos ámbitos donde uno se siente cobijado. Donde uno podría pasarse la vida. Cómo no hablar de ellos. Claro que pensamos en hacerles reportajes, ya irán apareciendo muchos libreros capos, ¡¡Dennos tiempo!! Recién comenzamos, pero ojalá que La balandra tenga un largo viaje por delante. A juzgar por la respuesta increíble de los lectores, la crítica, los colegas, parece que sí. Estamos muy agradecidos por esta recepción.



Tomado de http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=17734

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