Siempre es maravilloso ir a la librería de la calle Honduras: una no puede salir sin comprarse dos, tres, cuatro libros de esos que anduvo buscando tanto o de esos que no era posible que viviera sin conocer.
Hoy fue uno de esos días maravillosos: Esta edición de Solaris es magnífica (de los que siempre quería) y otros títulos de Editorial Impedimenta (de los que no sé cómo viví sin ellos) ya está en mi próxima lista.
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