Sí
.
Entre las cosas que dejé
y las cosas que me dejaban,
pasé treinta y siete años
ascendiendo hasta el cero,
mi reloj de cicatrices
tan negro y exacto de noes,
no a Lauros
no a Vizcaya
no a mi nombre
no a mi madre
no a Euskadi
no a España
no a los hijos
no al dinero
no al sistema
no a mi casa
no familia
no herencias
no apellidos
no hermanas
que al llegar Natalia
con las bolsas cargadas de alegría
no supe darle un sí sencillo
como un dedal o una flauta
sino que,
con la boca de mis fuerzas todas,
con un hambre de afirmación
tantos años atrasada,
le di un furioso
y salvaje
y gritante
y enorme
Publicado por Neorrabioso en 12:29
Etiquetas: Batania
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