lunes, 21 de marzo de 2011
Si Hamlet duda le daremos muerte
Los jóvenes poetas
y la duda de Hamlet
Por Sebastián Lalaurette
Hace unos meses les decía que iba a haber novedades, pero que todavía no podía hablar de ellas. ¿Recuerdan? Sé que sí. Bueno, no, no sé; supongo simplemente. En realidad supongo que no. Pero lo dije. O sea, lo escribí.
Bueno, lo esperaran o no, ya puedo contarles.
Se trata de esto:
Si Hamlet duda le daremos muerte
Si Hamlet duda le daremos muerte es la más reciente antología de jóvenes poetas argentinos. Fue publicada por Libros de la Talita Dorada, en su colección Los Detectives Salvajes (de la que ya hablamos en más de una oportunidad), y ya está en librerías. Incluye varios poemas de quien esto escribe pero, para compensar, también hay material muy bueno. En realidad diría que excelente. Julián Axat, director de la colección, hizo una selección de autores y de poemas realmente concienzuda, y créanme que no quieren perderse el volumen resultante.
Para mí es un orgullo, no sólo la temporal obnubilación del ánimo que llevó a Axat a incluirme a mí, sino también su acierto al incorporar a la antología a otros dos miembros del estaf de Sismo Trapisonda: Carolina Mettini y Dulce Pallero (en ambos casos, con sobresaliente material). Pero además de nosotros tres hay, en las 264 páginas del libro, nombres que vale muchísimo la pena tener en cuenta. Como el de Eliana Drajer, cuyo libro premiado muñequitavoladora tuve la suerte de poder adquirir de sus propias manos hace un par de meses; o el de Camilo Blajaquis, famoso por los poemas que publicó desde la cárcel; el de Eric Schierloh, un orgullo de la literatura platense, o el de Ramón Tarruella, a quien ya hemos nombrado varias veces en este blog.
Ah, ¿quieren más? Les tiro más: Emiliano Bustos, Alejandra Szir, Nicolás Prividera, Eduardo Rezzano, Leandro Barret, Fernando Alfón, Daniela Andújar, Inés Aprea (ésta no es trapisonda pero le pega en el palo, ya que Carlos Aprea sí fue de la partida en tres de los cinco los números de la revista), Andrés Szychowski, Emmanuel Taub, Dafne Pidemunt, Vilma Watkins, Juan Martín González Moras, Diego Roel, Mauro Cesari, Enrique Schmukler, Fernando Manzini, Rodrigo Malmsten, Gabriela Milone, Jonás Gómez, Leticia Hernando, Lucio Greco, Lorena Fernández Soto, Marcos Bauzá, María Eugenia López, Mariano Schuster, María Romina Pérez, Nicolás Castro, Marilina Cuesta, Pablo Ohde, Jorge Areta, Rosario González Sánchez, Alberto Elías, Leandro Andrini, Joaquín Piechocki, Emiliano Cruz Luna, Sebastián González, Juan Pablo Bertazza, Verónica Sánchez Viamonte, Tomás Fernández, Tomás Watkins, Demetrio Iramain, María Virginia Fuente, Carlos Juárez Aldazábal, Rodrigo Zubiría.
El libro, en la vidriera de Capítulo II, en 6 entre 47 y 48.
Cincuenta y dos autores. Cincuenta y dos promesas que, en algunos casos, ya se están cumpliendo. Y lo mejor: no hay “un poema de cada uno", sino una selección que, doy fe, se hizo con tiempo y cuidado. En mi caso hay (si no cuento mal) cinco textos, que es más o menos el promedio.
Pero no tiene sentido hablar de números, ¿no? Tantos autores, tantos poemas, tantas páginas, tantos versos… No importa. Lo que importa es la concepción que guía a esta antología que, creo, se convertirá en la referencia de un momento en la poesía argentina. Una referencia parcial, sesgada al ritmo de las facetas de un proyecto determinado, de una visión de la poesía y del arte (pero ¿quién espera otra cosa?); un momento, o mejor dicho parte de un momento, la foto tras la foto: la de lo que hay debajo del tronco, detrás de las hojas, más allá del azul. Lo dice Axat mucho mejor que yo:
Esta antología fue hecha a partir de estas indagaciones como ensayo para repensar y mejorar la resistencia desde la poesía, como así, el recambio generacional sin censuras. Pensar el registro poético como potencia descanonizada, inmanente, invisibilizada por el canon. Reunión de poetas con diferentes estéticas, pero cercanos sobre un mismo plano a la hora de asumir inquietudes o trama de sospechas. Escrituras que no dejan de hibridar, reproducir o acumular influencias, pero al compartir la misma emergencia, son portadoras de duda y deseo de ruptura ante el laberinto hamletiano: la muerte (asesinato) del padre subyugador político-poético-canónico-editorial.
(…) Lo “salvaje” es visceral, expresión de deseo, proclama (o duda) que recopila escrituras de la generación nacida a la vera de los ‘70. Mosaico de voces paridas (malparidas) al margen, entre los sueños de nuestros padres (también poetas, hombres, miserables) y lo que hoy quedó de ellos.
(…) Encontraremos a los éditos, inéditos, los perdidos y escondidos, los silenciados en otras antologías, los que no, los que escribieron un único poema y eso basta para pertenecer a esta antología. Poetas presos por el sistema. Poetas HIJOS, o —simplemente— hij@s ya sin puntos, mayúsculas. Los que van y vienen con el ayer, los olvidados, literales, huérfanos, menores, tan decadentes como el lugar contra el que escupen.
Pedazo de cosa, en fin.
Lo querés, lo tenés: en Buenos Aires el libro se consigue en Eterna Cadencia, en la librería de las Madres, en la CCC, Guadalquivir, De la Mancha y otras; en La Plata, en Capítulo II, Vonnegut, La Campana, Lenzi, Tiroloco y, ya en las afueras, City Bell Libros.
Ya que estamos: el libro se presenta el jueves 4 en el Islas Malvinas, con la presencia de algunos de los autores leyendo sus textos (seré, espero, de la partida). Agenden ahora o esperen que avise de nuevo más sobre la fecha: 4/11, 19.30, 19 y 51.
Pueden perderse la presentación si quieren, pueden no comprar el libro, pero no se quejen si dentro de veinte años se dan cuenta de que el cambio en la poesía argentina les pasó por el costado.
(Jejeje.)
Buenas y santas.
Tomado de http://www.lalaurette.com.ar/blog/index.php/emporio/2010/10/21/los-j-venes-poetas-y
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