sábado, 22 de enero de 2011

Ni cambiar el sentido del poema ni renunciar a la belleza

Proyecto Patrimonio - 2010





LA TRADUCCIÓN COMO VIAJE
Natalia Litvinova y la poesía rusa


Por Valeria Tentoni


Natalia Litvinova nació en Bielorrusia, en 1986, y actualmente reside en Buenos Aires. Desde www.animalesenbruto.blogspot.com, traduce un caudal inusitado de poetas rusos. En esta entrevista breve, nos introduce en el lábil arte de “llevar al lector de la mano hasta el verso exacto”. Asimismo, se adjunta una selección de sus traducciones de Ajmadúlina, Drúnina, Gippius y Tarkovsky.

- ¿Cómo fue que terminaste en Buenos Aires?
- Nací en Gomel, una ciudad de Bielorrusia. Llegamos a la Argentina en 1996, recuerdo que al día siguiente yo cumplía 10 años y casi me olvido de mi cumpleaños, por todos los cambios repentinos y porque estaba disgustada, no quería dejar a mis amigos y a lo que estaba acostumbrada. Fue una decisión de mi madre, ella quería un cambio radical, no estaba contenta con la situación política de Bielorrusia, sus amigos más cercanos habían viajado a otros países y su familia también.

- ¿Cómo se inició tu vínculo con la poesía?
- En mi casa había muchos libros, una maravillosa biblioteca, y claro que predominaba la literatura rusa pero también recuerdo a poetas y novelas norteamericanas, libros de filosofía, poesía georgiana y polaca, entre otros libros. Mi madre es una gran lectora, tiene muy buen gusto y suele releer varias veces los libros y los disfruta cada vez más. Ella me presentó a Marina Tsvetáieva cuando yo tenía 5 años, todas las noches, en realidad todos los días, cantaba la misma canción, la letra era de un hermoso poema de Marina, que decía algo así “me gusta que no esté enfermo de mí, me gusta no estar enferma de usted, y que el pesado globo terrestre, no se ira nadando bajo nuestros pies”. En el colegio, en Bielorrusia, la poesía se leía, se recitaba y se comentaba desde el segundo grado. Yo era muy tímida, escribir y pintar fue para mí el diálogo silencioso que necesitaba en ese momento. Luego se transformó en algo mucho más profundo.

- ¿Cómo trabajas las traducciones?
- Trato de trabajar a la mañana, a la noche no puedo traducir. Siempre tengo al lado un diccionario del año 1940, muy bueno, que contiene palabras que ya no se suelen usar y me ayuda con la poesía antigua o clásica. Tengo que leer el texto varias veces antes de traducirlo. Cada poema es un viaje, y después de una profunda lectura puedo intuir lo que debo llevar y con lo que voy podría volver de ese viaje. Luego, quizás vuelvo con otras cosas.

- ¿Qué hay que tener en cuenta para traducir?
- Para mi es importante no solo leer el poema linealmente, horizontalmente, sino que ir también al ombligo del poema, a su centro, ver el río que pasa debajo de los versos. Suelo averiguar sobre la vida del poeta que estoy traduciendo, busco sus fotos, analizo a qué palabras suele volver, a qué paisajes y estados, y también qué palabras suyas me molestan o me gustan, y qué puedo hacer con esas expresiones que no me gustan para no evadirlas. Si el poema original conmueve, la traducción debe conmover y fluir. Antes de comenzar la traducción, y también es una trampa decir “antes de traducir” porque la traducción comienza cuando los ojos se posan por primera vez en el poema y hasta en la foto del poeta, es importante sentir el poema y, teniendo en cuenta las restricciones de la lengua, intuir a qué hay que renunciar para no convertirlo en una versión tosca de algo que es muy bello. Nunca hay que cambiar el sentido del poema. Nunca hay que renunciar a la belleza.

- ¿Cuáles son los riesgos que corre un poema al ser traducido?
- Varios poetas rusos a los que siempre vuelvo, realizan juegos de palabras que son, muchas veces, intraducibles, como por ejemplo es el caso de varios poemas de Jlébnikov, y de Mandelstam pero en un menor grado. Ahora me sonrío porque hace una semana releyendo a Mandelstam, después de haberlo leído minuciosamente tantas veces, descubrí juegos de palabras, de sentidos, que nunca había notado. Y esas sorpresas son maravillosas, una trampa delicada que se abre dentro del lector, y eso hace maravillosa a la poesía. Y el riesgo es ese, que no se traslade esa picardía.

- ¿Qué particularidades podrías anotar del ruso, en el pasaje al castellano? ¿Qué permite el ruso, que el castellano no?
- El ruso es un idioma muy rico, muchas veces lo que dice una palabra rusa en un poema, en castellano lo dicen dos. También es complejo traducir a los poetas rusos que parafrasean o usan términos campesinos y eslavos, siempre hay una pequeña e inevitable fuga en esos casos. Creo que todo traductor quiere llevar al lector de la mano, casi como un niño, hacía el verso exacto, hacia el tono exacto, y también hacia la historia que le dio vida a ese verso, y esa ansiedad no debe estropear la obra. Y ahí la pregunta que siempre vuelve ¿es posible una traducción literal? Quizás es posible algo así como una traducción literal con J. Brodsky, con Milosz, pero qué tan literal sería de todos modos, si nunca se puede decir exactamente lo mismo. Y cómo es posible lo literal con poetas como Jlébnikov que retuercen, cortan y unen palabras creando nuevas, esos poemas piden más para que la traducción no resulte incomprensible.

- ¿Tu propia poesía está escrita en castellano? ¿Con cuál de los dos idiomas te sentís más a gusto, y por qué?
- Escribo mucho más en castellano que en ruso. Escribir poemas en ruso es muy distinto, siento que las voces vienen hacia mí, directamente, que ya fueron buscadas en algún tiempo pasado y tienen carácter fuerte. En castellano las voces salen diciendo que son un idioma nuevo, que no es idioma madre y que puedo jugar con el y sorprenderme. Es interesante y ambos momentos me gustan y trato de aprovecharlos. Los poemas en ruso tienen otro ritmo, otra precisión, tocan otros temas, y los poemas en castellano me sorprenden siempre.

- ¿Quiénes son tus referentes en cuanto a la poesía rusa? ¿Y la argentina?
- Mi primer referente fue Sergei Esenin, poeta aldeano que describía la vida de los campesinos y la naturaleza rusa. También leía a A. Pushkin, primero sus cuentos porque aunque su poesía me resultaba atractiva cuando era chica, no la entendía, luego Anna Ajmátova se transformó en mi “madre poética”. También son muy importantes para mi Marina Tsvetáieva, es tan viva cuando la leo, inteligente, tan estridente y Osip Mandelstam, me interesa cada vez más, tanto su poesía como sus ensayos. Y ahora estoy traduciendo a poetas contemporáneos que seguramente van a influir en mí, como por ejemplo Julia Drúnina y Bella Ajmadúlina. Bella es muy potente describiendo fragilidades y Julia Drúnina convierte un tema que podría resultar pesado, en una pluma. Lógicamente primero fueron los poetas rusos quienes me introdujeron en el mundo de la poesía, también me encantaba leer al checo Vladimir Holan y al polaco Czeslaw Milosz y a los 19 años empecé a leer con más profundidad la poesía argentina. Y de los poetas argentinos disfruto muchísimo a Juan L Ortiz, y cada vez lo quiero más. Un gran impacto sobre mi fue Miguel Ángel Bustos, y lo leí en el momento adecuado cuando empezaba a descubrir que mis poemas más fuertes eran los más cortos. Me gusta Tuñon, H. Viel Temperley, Macedonio Fernández, entre otros.

Blog de Natalia Litvinova: www.ciclopaenlabocadeunmudo.blogspot.com



* * *

SELECCIÓN DE TRADUCCIONES

Yulia Drúnina

CALOR

El sol.
Las rocas.
El arbusto rojo.
La hierba magra, quemada...
¿Que dijiste?
Acercate,
el sonido de las chicharras
silencia tus palabras.

¿Tus ojos se ponen así de azules,
o se intromete el cielo?
Puede que esto no sea Crimea
sino los Pirineos.
El sonido de las chicharras
silencia tus palabras.

La niebla nada en la lejanía.
La nube se parece a un león.
Dulcinea...
Don Quijote...
Hidalgo...
El sonido de las chicharras
silencia tus palabras.

¿Oís la armadura de Quijote?
Las rocas...
El calor...
Girás la cabeza...
Respondés algo vagamente
pero el sonido de las chicharras
silencia tus palabras.



ЗНОЙ

Солнце. Скалы. Да кустарник рыжий.
Выжженная, тощая трава...
Что сказал ты? Наклонись поближе,
Звон цикад глушит твои слова.

То ли так глаза твои синеют,
То ли это неба синева?
Может, то не Крым, а Пиренеи?
Звон цикад глушит твои слова.

Марево плывет над дальней далью.
Так похоже облако на льва.
Дульцинея... Дон Кихот... Идальго...
Звон цикад глушит твои слова.

Слышишь звон доспехов Дон Кихота?
Скалы... Зной... Кружится голова...
Ты лениво отвечаешь что-то.
Звон цикад глушит твои слова.



Zinaida Gippius

TODO ALREDEDOR

Terrible, tosco, pegajoso, sucio,
bruscamente torpe, siempre ridículo,
desraíza despacio, minuciosamente-deshonesto,
escurridizo, vergonzoso, bajo, estrecho,
evidentemente-contento, secretamente-lascivo,
llanamente-ridículo y asquerosamente-cobarde,
viscoso, pantanoso, resinoso, estancado,
indigno de la vida y de la muerte,
sometido, descarado, virulento, negro,
a veces gris, de un gris persistente,
eternamente tendido, diabólicamente retrógrado,
tonto, reseco, somnoliento, perverso,
cadavéricamente-frío, penosamente-insignificante,
¡intransferible, falso, falso!
Pero las quejas, no hacen falta.
¿Que son las alegrías en medio del llanto?
Nosotros lo sabemos, sabemos: todo será distinto



Все кругом

Страшное, грубое, липкое, грязное,
Жестко тупое, всегда безобразное,
Медленно рвущее, мелко-нечестное,
Скользкое, стыдное, низкое, тесное,
Явно-довольное, тайно-блудливое,
Плоско-смешное и тошно-трусливое,
Вязко, болотно и тинно застойное,
Жизни и смерти равно недостойное,
Рабское, хамское, гнойное, черное,
Изредка серое, в сером упорное,
Вечно лежачее, дьявольски косное,
Глупое, сохлое, сонное, злостное,
Трупно-холодное, жалко-ничтожное,
Непереносное, ложное, ложное!
Но жалоб не надо. Что радости в плаче?
Мы знаем, мы знаем: все будет иначе.



Arseni Tarkovsky

PAUL KLEE

Había una vez un pintor
llamado Paul Klee
en algún lugar más allá de las montañas,
sobre el prado.
Sentado, sólo, en la vereda,
con lápices de colores dibujaba
cuadrados y ganchitos,
África, un niño sobre el andén,
al diablo con camisa azul,
estrellas y animales en el cielo.
No quería que sus dibujos fueran
un documento exacto de la naturaleza
donde se ordenan, obedientes,
las personas, los caballos,
las ciudades y las aguas.
Quería que las líneas y las manchas
hablaran claramente
como los grillos entre los sonidos de julio.
Y una mañana, sobre el cartón,
se asomó el ala y luego el rostro
del ángel de la muerte.
Klee supo que había llegado la hora
de despedirse de sus amigos y de la Musa.
Klee se despidió y se murió,
y no podría ser más triste.
Si Klee hubiera sido un malvado,
el ángel de la muerte, un poco más natural.
Junto al pintor nosotros también
podríamos desaparecer y el ángel
esparciría nuestros huesos.
Pero díganme, ¿para que?
Si el cementerio es peor que el museo,
donde a veces deambulan los vivos
y cuelgan en fila los cuadros de Klee,
celestes, amarillos, benditos...


ПАУЛЬ КЛЕЕ

Жил да был художник Пауль Клее
Где-то за горами, над лугами.
Он сидел себе один в аллее
С разноцветными карандашами,

Рисовал квадраты и крючочки,
Африку, ребенка на перроне,
Дьяволенка в голубой сорочке,
Звезды и зверей на небосклоне.

Не хотел он, чтоб его рисунки
Были честным паспортом природы,
Где послушно строятся по струнке
Люди, кони, города и воды.

Он хотел, чтоб линии и пятна,
Как кузнечики в июльском звоне,
Говорили слитно и понятно.
И однажды утром на картоне

Проступили крылышко и темя:
Ангел смерти стал обозначаться.
Понял Клее, что настало время
С Музой и знакомыми прощаться.

Попрощался и скончался Клее.
Ничего не может быть печальней.
Если б Клее был немного злее,
Ангел смерти был бы натуральней.

И тогда с художником все вместе
Мы бы тоже сгинули со света,
Порастряс бы ангел наши кости.
Но скажите мне: на что нам это?


На погосте хуже, чем в музее,
Где порой слоняются живые,
И висят рядком картины Клее -
Голубые, желтые, блажные...



Bella Ajmadúlina

INVIERNO

Este gesto del invierno hacía mí,
frío y aplicado.
Sí, hay algo en el invierno
de la medicina tierna.
De otro modo, cómo de repente,
de la oscuridad y el tormento,
la enfermedad confiada
le dirige sus manos.
Oh amable, seguí con tu brujería,
de nuevo rozará mi frente
el beso santo del anillo helado.
Y es cada vez más fuerte la tentación
de encontrar el engaño con la confianza,
mirarle los ojos a los perros,
abrazar los árboles,
perdonar como jugando,
y habiendo perdonado
perdonar todavía a alguien,
confundirse con el día invernal,
con su óvalo vacío,
ser siempre para el
su matiz pequeño.
Reducirse a no existir,
para implorar detrás de las paredes
no una sombra mía sino la luz,
por mí tapada.



Зима

О жест зимы ко мне,
холодный и прилежный.
Да, что-то есть в зиме
от медицины нежной.
Иначе как же вдруг
из темноты и муки
доверчивый недуг
к ней обращает руки?

О милая, колдуй,
заденет лоб мой снова
целебный поцелуй
колечка ледяного.

И все сильней соблазн
встречать обман доверьем,
смотреть в глаза собак
и приникать, к деревьям.

Прощать, как бы играть,
с разбега, с поворота,
и, завершив прощать,
простить еще кого-то.

Сравняться с зимним днем,
с его пустым овалом,
и быть всегда при нем
его оттенком, малым.

Свести себя на нет,
чтоб вызвать за стеною
не тень мою, а свет,
не заслоненный мною.







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