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Las mil y una noches de Damián Ríos
26-10-2010 | Damián Ríos, Fernanda Nicolini
Tomado de http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=10270#more-10270
La poeta y narradora Fernanda Nicolini -coautora de Te pido un taxi- deja la “recomendación de amiga” de esta semana: Enterrianos de Damián Ríos.
Por Fernanda Nicolini.
Una vez quise robarle una historia a Damián Ríos. Él probablemente me corregiría el verbo robar. Pero lo cierto es que mi intención era plagiarle, más que una historia, parte de su biografía. Al poco tiempo de llegar de Entre Ríos, Ríos se enamoró de una chica, Cecilia. Tanto se enamoró, tan loco estaba, que durante el día escribía y a la noche le pasaba por debajo de la puerta lo que había escrito, como capítulos de una novela. Perfecto. Un stalker. Amour fou. Eso le escuché contar y eso anoté en mi libretita. Ni siquiera tenía intenciones de cambiarles los nombres, para qué. Cecilia y Damián. Perfecto.
Pero nada de esto va a suceder porque Francisco Garamona, el editor que nunca para, el poeta que lo lee todo, hizo lo que había que hacer y ahora, en este momento, tengo en mis manos un libro con el título Entrerrianos y con una foto del padre de Damián Ríos tomando mate en la tapa. Adentro: capítulos que empezaron como una obsesión, después circularon como novela desgajada, por partes, en ediciones Del Diego y Eloísa Cartonera, y que ahora Mansalva compila, edita y reordena para darle forma definitiva a una historia de amor que no habla de amor sino de un enamorado que sabe que para seducir necesita narrar. Con personajes que aparecen y desaparecen cada noche. La realidad hackeada por la literatura. Su padre, sus amigos, el agua quieta del litoral, las pensiones de Buenos Aires, las coordenadas de una novela dentro de una novela. No querría adelantar el final pero el mismo prólogo lo hace: esta es una historia que termina bien. Eso, más la fina prosa, dulce, cómica, trágica, luminosa de Ríos -que en el último tiempo se hace rogar y se esconde detrás de su oficio de editor- son razones suficientes para recomendar este libro (y, en mi caso, estar atenta a nuevas posibilidades de robo).
Ya lo quiero :-)
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