miércoles, 29 de septiembre de 2010

Fui concebido en un coito de verbos

EL ÚLTIMO JUGLAR


“Hay hombres que escriben poemas,
les nombran poetas;
...hay sacrilegios que engendran milagros,
les llaman palabras.”


Pido perdón porque fui concebido en un coito de verbos.
Qué libros fueron mis padres, no lo sé,
pero puedo jurar que al pasar de las hojas reescribo aquel
llanto de infantas vocales.
Dicho de lírica forma soy hijo de un yo impronunciable,
porque yo iré a nacer de los versos que en mí se pronuncien,
y digo perfume, ilusión, flor de diana esperando escucharme.
No puedo ser lo que no sean palabras.
Pido perdón al amor, al afán de mujer que pondrá en mi mirada
sus óbolos vientres.
Debido a mi edad tengo todos los siglos que suman la vida en
un solo silencio.
Nada puede existir donde no haya una flor coronando un recuerdo.
Primero la muerte y su noche estrellada,
después el volver a morir dando a luz la palabra.
Y en esa analgésica pausa,
donde el soñar lleva al verbo y venir carga en hombros la angustia,
dejarnos otear tan siquiera un poquito al juglar
de las páginas vivas.


© Fausto Vonbonek

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