domingo, 8 de agosto de 2010

I gira de novelistas latinoamericanos


LA GIRA DE ALTAZOR: de la sierra a la costa.

Tomado de http://edicionesaltazor.blogspot.com/2010/07/la-gira-de-altazor-de-la-sierra-la.html


La gira empezó el sábado 10. Oficialmente el lunes 12 en Huamanga, pero no, para nosotros la gira empezó la mañana del sábado cuando Willy del Pozo acompañado del maese Roger Antón Fabián, recogieron a Pedro Peña (La noche que no se repite) que llegaba de Uruguay. Pedro estrenó el Altazormóvil. Lo instalaron en el hotel, en San Borja, cerca a la oficina, el novelista prefirió quedarse a descansar para recargar sus energías. Willy vuelve a los ajetreos editoriales, a las 6 arribaría Juan Ramírez Biedermann (El fondo de nadie); nosotros estábamos contentos, cuatro días antes, corríamos el riesgo que por razones de trabajo Juan llegue el martes, un día después de inaugurada la expedición. A las diecinueve menos quince recibimos a Juan y juntos fuimos al encuentro del buen Pedro. "Los dos apóstoles", pronunció Willy. Los tres partirían a Ayacucho en la madrugada del domingo, el 11 era el mundial y ni loco perderse esa final, menos en Ayacucho donde don Wilfredo, el papá de Willy había preparado una parrillada seguro de que España se quedaría con la Copa. Yo me quedé a recibir a quienes llegaban el domingo. El primero fue Oliverio Coelho (Borneo) que vino desde Buenos Aires, el único con quien casi no teníamos mucha comunicación a pesar de ser uno de los primeros a quienes seleccionamos. Yo me confundí de hora, llegué al aeropuerto a las 1o y 30 a.m. Oliverio llegaba a las 11 y 45. Estaba sentado al lado de unos guías turísticos cuando se abre la puerta de arribo y reconozco la imagen de alguien: Gabriel Rimachi, el Gabo quien llegaba de la Feria del Libro de Guayaquil. Me acerco a saludarlo y se quedó conmigo esperando el arribo de Coelho (la llegada de Rimachi merece un post aparte). Cuando llegó Oliverio me sorprendió su entusiasmo y buena onda, atípico del argentino con obra publicada. Fuimos al departamento de Julio Cabrejos en San Miguel -el depa de Julio fue elegido como el lugar de concentración de los tres expedicionarios- y después salimos en busca de algunos pescados para el cebiche como plato de bienvenida. A la una y 50 estaba de nuevo en el aeropuerto esperando el arribo de Jorge Enrique Lage (Carbono 14: una novela de culto) que llegó de La Habana con previo desembarco en Panamá. Mientras Willy disfrutaba del mundial con Pedro y Juan bebiendo algunas copas de pisco sour, nosotros disfrutábamos del cebiche preparado por Cabrejos. Así hasta las siete, que fue la hora en la que otra vez estaba frente a la sala de desembarque esperando a la chilena Claudia Apablaza (EME/A: la tristeza de la no historia). A las 8 de la noche, con Ernesto Carlín de local (Takashi: historias robadas) en el equipo, estábamos listos para partir rumbo a Huamanga, la gira se estrenaría en Ayacucho como un símbolo de liberación, ahora una independencia no política sino responsablemente cultural. Pero yo no viajaría con ellos, yo decidí quedarme en Lima. La primera ruta sería con la compañía de Willy del Pozo, la de la costa con ambos. Lima aún tenía conmigo algunos pendientes. Huamanga, Huanta, Huancayo y Tarma, fueron las ciudades en donde se presentaron los expedicionarios. Sobre esta ruta, Pedro Peña ha escrito un emocionante informe: http://talondeulises.blogspot.com/2010/07/peru-ii.html
Juan Ramírez Biedermann, Pedro Peña, Claudia Apablaza, Willy del Pozo, Oliverio Coelho
y Jorge Enrique Lage. En la sierra de Apacheta.
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Yo los esperé el sábado 17. Antes de reecontrame con el grupo, Willy me informa que había decidido quedarse en Lima y que nos alcanzaría el día miércoles en Trujillo. La editorial no es un trabajo simple. Entonces yo debía continuar con la ruta de la costa. Teníamos programado una actividad en Barranca y otra el martes en Trujillo. En Barranca las coordinaciones las hicimos con los hermanos López Morales. Juan, el menor, era el responsable de la organización en la UNASAM. Cuando llegamos, nos recibieron con un suculento almuerzo y con un auditorio cálido, atento e inquisidor. Salimos contentos de Barranca. En la noche cuando estábamos en Chimbote, sucedió algo rarísimo. De pronto tuvimos problemas con el tubo de escape, nos detuvimos a ver cómo lo solucionábamos, cuando estuvo casi curado, regresamos otra vez a la panamericana: nuestra siguiente presentación era en Trujillo. Una hora después, Claudia nos pregunta: no hemos ya pasado por este grifo?. La miramos. "No". Al unísono. Y sí, efectivamente nuestro conductor cojudamente se había equivocado y estábamos regresándonos a Lima. Perdimos más de dos horas. No sabíamos cómo ni adónde había sucedido la desorientación. Llegamos a Trujillo a la 1 y 30 de la madrugada del martes. Lo notable fue la admirable paciencia de mi amigo Eduardo Elías quien nos estaba esperando con la cena desde las 10 y 30 de la noche. Al día siguiente visitamos algunos colegios y en la noche rumbo al auditorio Vallejo a continuar con las presentaciones. Trujillo sigue pendiente (yo me entiendo).

Harold Alva, Claudia Apablaza, Jorge Enrique Lage, Pedro Peña, Juan Ramírez Biedermann y Oliverio Coelho en Barranca.

El míercoles 21 llegó Willy a unirse con el equipo. Nos dirigimos con el Altazormóvil a Huanchaco donde la poeta Victoria Larco nos esperaba con la poderosa cámara para hacernos unas tomas en su histórica playa. Yo pisé la arena después de muchos años. Nos sacamos fotos en el muelle y cerca a las estatuas. Almorzamos con el aroma de la brisa. Allí les informamos que yo debía retornar a Lima a coordinar los eventos de la editorial en la FIL. "Vamos a Chiclayo"me dijo Willy, yo miré a mis compañeros. No quería abandonarlos. Quise prolongar el viaje. Nos reímos imitando a Barnie, a Kiko y a otros nada santos personajes. "Sí, los acomopaño hasta Chiclayo". A las 4 y algo de la tarde, el Altazormóvil estaba rumbo hacia más al norte. La presentación fue en el INC. El evento organizado por Stanley Vega y Cronwell Castillo del Grupo Signos fue simpático. Yo presenté brevemente las novelas y los expedicionarios respondieron las preguntas de su público. Fue una buena noche. A las 11 yo estaba sobre un bús de regreso a Lima. Ahora están en Piura. Sé que este viaje cura en algo las fracturas de nuestra América, sé que con este viaje algo a comenzado a escribirse; acaso la primera expresión de un arte efectivamente integrador, acaso otro sueño bolivariano, acaso la ruta que hace décadas soñábamos. El lunes estará completa la columna. Mañaba llega Miguel Antonio Chávez (La maniobra de Heimlich). Los siete novelistas estarán el 26 -a las 7:00 p.m.- en el Auditorio César Vallejo de la Feria Internacional del Libro. Sin duda una oportunidad para decir presente. Los esperamos.

h.a.
Publicado por Altazor en 00:35

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