lunes, 14 de junio de 2010

Ángel de la guarda en Eterna

Hoy se llovía todo y no poreso iba a dejar de ir a Ediciones del Dock a ver las pruebas de mi libro y al taller de Mairal en Eterna Cadencia que espero ansiosa cada quince días.
Salí d emi casa a las 14.30 con 200 pesos en el bolsillo trasero de mi vaquero. Estaban ahí mientras revisàbamos tapas y poemas con carlos Pereiro, estàban ahí cuando caminé por Corrientes y me comprè ofertas y no ofertas, no estaban ahí después de 45 minutos de 39 hasta Eterna Cadencia. Bajé del bondi a las puteadas, tocñandome el culo para ver si se me habían desaparecido los dos billetes por òsmosis. Nada.
Y como soy una chica pràctica y nada va a impedir que yo me acostumbre al èxito y todo lo veo color de rosa, entré al café, me saqué gorro, chal, piloto y cartera, me pedí una café con medialunas, me lo tomé, me las comí, le pregunté al chico que me atendía dónde había un cajero y me fui hasta Honduras y Juan B. Justo a vuscar 200 mangos más que total la guita va y viene (siempre se dice esto pero con miedo a que vaya más de lo que venga). Pero a mí me vino. Volví a Eterna con nuevos 200 pesos bien agarraditos en el fondo del piloto y me prendo un pucho en la puerta.
No va que se me acerca el señor de vigilancia que siempre está en la vereda y me dice: "¿Estos 100 pesos son tuyos?" Y yo que lo miro con cara de "este es mi àngel guardiàn o esta huita se le cayó a otro y me la da a mí". Y le digo: "Mirá yo acabo de perder 200 pero ya no los tenía cuando bajé del bondi" (Y le cuento todo el recorrido). Y él me dice: "Se te acaban de caer" Y nos damos vuelta y ahí, junto al àrbol, están los otros 100. Y yo los miro en la mano de mi salvador y no lo puedo creer. Alguien que me diga en dónde se me habían enganchado los morlacos, que graciadió sigo sentada sobre mi culo de la buena suerte.

2 comentarios: