Es como un gran viernes, diciembre. Un viernes largo: con cierre de trimestres llenos de llantos y reproches (más reproches que llantos), semana de orientación para el estudiantes desorientado, mesas de previos y regulares y hasta un examen propio de Economía (¿Yo no debería estar estudiando?). Pero viernes al fin, con promesa de fiestas después del 23 (e iterrumción para nuevas mesas el 28 y 29) pero con calor y el enero-sàbado gigante ahí al alcance de la mano.
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