sábado, 21 de noviembre de 2009

Más Cartas de Liliana Lukin

CARTA XVII

mi querida: una extraña a la otra
y más amor hay cuanto más cartas

(extraño el amor que nos tenemos cuando no estamos
ese cultivo del lugar del otro en la estimación)

una extraña soy una mujer extraña
que extraña todo el tiempo encontrar
caras que den felicidad

cuanto más cartas más motivo
para el amor y el secreto: escribir para inventar
motivos de amor escribir para saber escribir

(extraños que aprenden a tocar la cuerda del otro:
caras extrañas que dan felicidad)

una extraña soy que se desliza seriamente
por las aristas de la alegría de estar
y como más amor hay cuanto más cartas
escribamos extrañemos vayamos al encuentro
querida mía y que nos dé felicidad

CARTA XIX

mi querida: este hombre no tiene ganas
de hablar
¿ha renunciado al camino oblicuo
que lleva hacia mí
o ha renunciado simplemente a la palabra?

a la palabra no se renuncia
así nomás:
en el camino quedan los mejores deseos

ah, cómo decirte: este hombre no quiere
hablar pagar ese precio por el acto
(y yo resisto como un combatiente derrotado
a esa falta de estrategias
a esa estrategia de viejos conocidos)

por la palabra doy la vida:
un buen juego de palabras es para mí
juego de manos juego de villanos

y aunque este hombre me diga que no
sé que haré hablar al silencioso:
volverá por sus fueros a mí

CARTA XX

mi querida: una es una mujer equívoca:
se equivoca y es ésa su falta ("estar en el lugar
equivocado es a veces una provocación inútil")

una es una mujer provocadora que insiste
en la provocación: frases equívocas lugar equivocado
el hombre que no es en el lugar del que no ha sido

claro que es lo equívoco lo que seduce
el error la persistencia en la fragilidad
de confundirse
de dirección de parecer de argucia
la persistencia en la seguridad

mi querida: una nunca es lo que parece o nunca
parece lo que es: ¿astucias? ¿provocación para que el otro
caiga en el error la confusión el pozo?
¿o falta de habilidad distracción inevitable gozo?

una es una mujer provocadora
que cuando menos se equivoca más equívoca parece
y si además está el hombre que es
en el lugar del que no era
la provocación no se perdona

Liliana Lukin

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