Hoy mi hijo mayor me llevó a la estación con el auto y cuando yo me bajaba me dijo con su mejor sonrisa: "Traeme algo". Era una de sus frases de niño, una de esas claves, cómplices, repetidas durante toda la infancia como "Que duermas bien, que sueñes con los angelitos, te quiero mucho".
Me encanta cuando no se averguenza de ser mi hijito bebé a pesar de haber crecido tanto.
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