domingo, 16 de agosto de 2009

Presentación de la antología de María Melek Vivanco

Bar La Poesia tiene el agrado de invitar a Ud a la presentación

de la Antología Poética de María Meleck Vivanco, que integra

la colección Poetas Argentinos Contemporáneos publicada por el

Fondo Nacional de las Artes.



Se referirán a la autora y su obra los poetas Romina Berenice Canet,

Florencia Lo Celzo, Reynaldo Sietecase y Esteban Moore.



24 de agosto, 19.30 hs

Bar La Poesía

Chile 502, esquina Bolívar





María Meleck Vivanco, Valle de San Javier, Córdoba, 1921. En poesía ha publicado Taitacha Temblores, (1956, poemas quechuas, Lima Perú); Hemisferio de la Rosa (1973); Rostros que nadie toca (1978); Los Infiernos Solares (1988); Balanza de Ceremonias (1992); Canciones para Ruanda (1998).

Su obra ha sido reconocida con las siguientes distinciones: Premio Libro de Oro, Lima, Perú (1956); Segundo premio de poesía de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, (1978); Premio Fundación Argentina para la Poesía (1988); Premio de poesía del Fondo Nacional de Las Artes (1991); Premio UNICEF, Nueva York, EE.UU. (1997);

Premio Universidad de las Letras, La Habana, Cuba (1997); Premio Fundación Sociedad de Los Poetas Vivos (1998).

En 1978, fue invitada al Tercer Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras organizado por la Universidad de Ottawa, Canadá y en 1999 al Congreso Internacional del Surrealismo en el Tercer Milenio realizado en Roma, Italia.



La poesía de María Meleck Vivanco



“La poesía de María Meleck Vivanco son como el deseo inhallable en el carozo de la locura La Lujuria y sus destellos, salvando fechas memorias y palabras en remolinos sobre el polvo de la tierra

Reproducen la fiesta de los cuerpos y la frontera de los corazones abandonados

Grieta en el mar, en constante ebullición y penumbra”
Enrique Molina



A través de sus siete libros publicados y otros tantos inéditos, de los que aquí se hace un selecto recuento, María Meleck Vivanco ha perseverado en el ejercicio de “la escritura automática” en la que Breton veía encarnarse todo lo mediúmnico o alucinatorio del primer surrealismo [...] Es en este sentido -contrariando la opinión de la misma poeta y varios de sus críticos- que en razón del esclarecimiento de su poesía nos negamos a hablar de “misterio”, ese ingrediente muchas veces ficticio o decorativo del que tanto abusa en la actualidad una New Age voluntariamente mistificadora [...] María Meleck Vivanco consigue ya ese “abandono a lo maravilloso” que nos dictaran las leyes del corazón. Y a semejanza de los poetas y pintores Zen, chinos y japoneses, persigue ahora en su escritura sólo “el camino de la corriente de agua” que -nos asegura Alan Watts- “jamás comete errores de estética”.

Raúl Henao, Medellín, Colombia, 2008.



María escribe un poema interminable, el poema de la realidad que, vencida, se deja aparentar imposible y onírica. Nos cuida fascinándonos.

El mundo se le ha abierto como un fruto que es a la vez sensual y desgarrado.

Es una escritura desmedida, que brota desde la tierra y la carne, hasta lo etéreo. No hay respiro; enumeraciones inquietantes y tropiezos donde el asombro y lo incomprensible deleitan. Ella escribe como quién debería temer y no teme: “Si me cansé burlando la congoja, exaltaré el delirio y el misterio.” Ella escribe desde lo inevitable: “como el único modo de ahuyentar a la muerte.”


Romina Berenice Canet

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