Muchachas: Si tienen al lado un hombre al que llaman marido, por fis, no lo maltraten tanto, no lo asusten de tal manera que el género masculino crea que las mujeres somos una cosa que requiere que se le arregle el lavarropas o cambie el enchufe todo el tiempo. Sobre todo, queridas amigas, valoren al gil que se las fuma todos los días, que les pasa la mano por el lomo de vez en cuando y que les cuenta qué feo es el jefe, qué injusta es la vida, que, como yo siempre digo: "Dios le da pan al que no tiene dientes y marido a la que no le gustan los calzoncillos con palomitas."
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