domingo, 8 de marzo de 2009

Nuevos consejos de las yeguas, vìboras o similares que me rodean

Sé feliz (lo más difícil).

No le cuentes tanto. Conservá un poco el misterio, che.

No hables tanto que lo vas a espantar.

Contale toda la verdad que con la verdad se va a todos lados. (La contradicción, si existiera es de ellas, no mía).

De vez en cuando sorprendelo con algo... ya sabés,¿no? Algo que diga: uy, mirá Pau... (No sé de qué me hablan).

Disfrutalo, nena, que no se encuentran como él todos los días.

¿Dònde decís que lo conociste? Ah, bruja, te lo tenías bien escondido, eh...?

Agarralo fuerte y no lo soltés.

¿No tiene un hermano, un primo, para presentarme?

Dale que va con los pebetes... Vos sí que sos una viciosa...

Comprate ese conjunto de Selú, no seas amarreta que 100 mangos no son nada... ¿No irás a su casa con esos calzones deshilachados que tenés por ahí, no?

Preguntale más, con carpa, vos sabés... Pero no te quedes con ninguna duda.

Que pague todo, che, que no se va a morir.

¿DEJATE QUERER, YEGUA DESAGRADECIDA!


(Ja, Mis chicas son de fierro...)

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