Torturante. Hermosa. Dolorosa. Emocionante. Mucho.
Los dos papeles de las dos protagonistas son espectaculares: la vieja pianista y su vieja historia de amor con una mujer asesinada por los nazis y la nueva pianista, el joven talento encerrado en la cárcel por culpa de un mal novio y del hijo de puta del padre.
"Sólo amo la música", dice la vieja. Y una no le cree: la música es la metonimia de todo lo que ella ama, metonimia de la vida misma en toda su dureza y su esplendor.
Los cuatro minutos finales son la apoteosis...
Paula gracias por "copiarnos" y repartirnos por el mundo
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