miércoles, 3 de septiembre de 2008

Alma venturosa

Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fue una vaga congoja de dejarte
lo que me hizo saber que te quería.

Tu alma, sin comprenderlo, ya sabía. . .
con tu rubor me iluminó al hablarte,
y al separarnos te pusiste aparte
del grupo, amedrentada todavía.

Fue silencio y temblor nuestra sorpresa,
mas ya la plenitud de la promesa
nos infundía un jubilo tan blando,

que nuestros labios suspiraron quedos . . .
y tu alma estremecíase en tus dedos
como si se estuviera deshojando.


Leopoldo Lugones

1 comentario:

  1. me encantooooooooo!!

    es muy lindo este poema! ademas tiene una sonoridad particular, nose porq!
    y los de Cortazar son hermosos tambien, no lo tenia como poeta...algun librito q lo recopile pa recomendar??

    me voy un beso

    ju'


    pd: q andes bien

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