domingo, 20 de julio de 2008

Pesadilla

El otro dìa soñè con mi ex. Sì, mi ex marido, el padre de mis tres hijos, del que logrè huir hace cinco años.
Soñè que tenìa que volver a casarme con èl. Y ni mi mamà se oponìa (¿Y ahora quièn podrà defenderme?)
Pero como soy una chica sanita, que ha hecho terapia durante largos años, el sueño terminaba con que estàbamos en la puerta de la iglesia y èl me prohibìa usar "deallì en adelante": ¡Esas remeras de Los piojos!
Y yo lo puteaba de arriba a abajo, lo mandaba bien a la concha de su madre y salìa corriendo.

(Detalle de divàn: Èl aparecìa sin dientes, y con los pocos que tenìa todos sucios y rotos. Dice mi psicoloca que por fin lo veo como el castrado que es, porque la caìda de los dientes es sìmbolo inconciente de la castraciòn. Chupate esa mandarina: que creativo anda mi inconciente.)

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