La primera vez que tuve algo que ver con @latapeinada fue en la postpandemia. Presentamos remotamente "La muerte como efecto secundario" (@_consonni_ ) de Ana María Shua. Yo estaba muy nerviosa y emocionada de conocer aunque fuera por Zoom a la maestra argentina. No imaginaba que años más tarde terminaría siendo librera de aquel lugar y recibiendo allí a la propia Shua.
En Lata Peinada Madrid he presentado libros, impartido talleres, llevado clubs de lectura y recomendando muchos, muchísimos libros. He hecho la Feria del Libro de Madrid, que es una experiencia traumática y maravillosa. He conocido a escritoras y escritores que respeto muchísimo. También he tirado cañas y preparado cafés como la que más. He sido testigo del coraje de los editores independientes. He participado de la vida de los libros cuando dejan de ser de quienes los escriben y comienzan a pertenecer a quienes los leen.
He aprendido tanto y hecho tantas cosas distintas que me siento un poco invencible.
Desafortunadamente, Lata Peinada Madrid cierra sus puertas. El vacío que deja en el entramado cultural de esta ciudad un espacio como este es incalculable. Me siento triste por todo lo que significa para mi vida privada y para la colectividad en la que estoy inscrita. Pero quiero hoy pensar antes en todo lo bueno que me llevo de mi paso por ahí.
Quiero agradecer a Paula Vázquez y Ezequiel Naya por la confianza y la oportunidad, ha sido un placer conocerles y compartir buenos y malos tragos. A mis compañeras libreras por sus enseñanzas y sus consideraciones. Y especialmente a @lucileandrohernande. Ha sido un privilegio trabajar contigo y aprender tanto de ti, te lo voy a agradecer siempre. Después de trabajar juntas te quiero incluso más y eso no es decir poco.
Ser librera es un oficio hermosísimo y ojalá que, más pronto que tarde, pueda estar otra vez en esa posición. Por ahora nos encontraremos en otras de las habitaciones, amplias, luminosas y siempre acogedoras de esta casa grande que es la literatura.
Gracias, Lata Peinada.