martes, 26 de junio de 2018

El escritor es un brujo

Si el escritor es un brujo es porque escribir es un devenir, escribir está atravesado por extraños devenires que no son devenires-escritor, sino devenires-ratón, devenires-insecto, devenires-lobo, etc. Habrá que explicar por qué. Muchos suicidios de escritores se explican por estas participaciones contra natura, estas bodas contra natura. El escritor es un brujo, puesto que vive el animal como la única población ante la cual es responsable por derecho.


Gilles Deleuze. Mil mesetas.

Al hombre no le gustan

El templo de las lobas. ha compartido una publicación.
1 hora
Himura Kuranay
No puedes abortar. Tampoco puedes tener muchos hijos. Tienes que cuidarte. Pero tampoco puedes andar con condón en la cartera, eso es de puta. Y no puedes ser puta. La mujer se tiene que preservar. Sino, ningún hombre va a querer casarse contigo. No salgas con ropa corta, apretada, transparente, escotada, ropa de puta. Así, estás pidiendo que abusen de ti. Después un tipo pasa y te toca y todavía quieres reclamar. No seas zorra. No seas promiscua. El hombre actúa por instinto. No lo provoques. No quieres merecer que te violen. Pero, si te violan, no puedes abortar. La criatura no tiene la culpa. Cuando salgas a un bar, no puedes tomar. Después te emborrachas, te pasa algo, y todavía reclamas. Tomar es de ordinarias. Tienes que ser rectita. Sino ningún hombre te va a querer. A los hombres no les gusta las mujeres que viven en la calle. Pero tampoco vivas encerrada en tu casa, porque así no vas a conseguir novio. No te acuestes en la primera cita. El hombre no se casa con la mujer que coge de primera. Cómo que no te quieres casar? Toda mujer se quiere casar. Ya hace un año que te casaste, y? para cuándo el bebé? Toda mujer tiene que tener hijos. Pero no engordes después de tener hijos. Al hombre no le gusta la mujer gorda, dejada. No te puedes descuidar. Pero tampoco adelgaces mucho. Al hombre le gustan las curvas. Cómo que no te gustan los hombres? No puedes ser lesbiana. Las lesbianas son promiscuas. Las Bi son todas sinvergüenzas. Andan con esas pendejadas de ser lesbianas o Bi porque nunca se las cogieron bien. Hay que casarse, tener hijos, tener un cuerpo que encaje en el patrón de belleza y estar bien arreglada. Al hombre no le gustan las mujeres desarregladas. Después te caga, y tu todavía reclamas. También tienes que trabajar. Las mujeres no querían tener derechos? Hay que trabajar igual que los hombres, pero ganar menos. El hombre se siente inferior si la mujer gana más. Y, si por acaso, ganas más que él, no le digas a nadie, así no lo haces sentir mal. Estudia. Al hombre no le gusta la mujer ignorante. Pero no estudies mucho. Con que te recibas está bien. No precisas de posgrado, maestría, doctorado, esas cosas. Al hombre no le gusta la mujer que quiere ser más inteligente que él. El Feminismo es cosa de putas. No puedes ser puta. Si quieres igualdad, anotate en el ejército. Que no te guste el fútbol ni los videojuegos, ni nada de esas cosas de hombres. Al hombre no le gusta la mujer que quiere saber más de deportes que él. La mujer solo quiere saber de esas cosas para llamar la atención de los hombres. Al hombre no le gusta la mujer que vive llamando la atención. Al hombre no le gusta la mujer que se pone a discutir sobre cosas de hombres. Después sufres algún tipo de violencia y todavía pretendes reclamar. No seas puta. No seas puritana. Ten hijos, pero solo cuando te lo permitan. No engordes. No seas muy flaca. No quieres que te violen o te den un paliza. Ponte en tu lugar. No te pongas a exigir derechos. Ubícate. No cuestiones. No reclames. Cumple tu rol de mujer. Tu rol de novia. Tu rol de esposa. Tu rol de madre. Qué papelón! No cojas, a no ser que sea para tener hijos. No hagas nada de lo que tengas ganas. No seas feliz. No pienses. Y si es posible... ni existas!!
Anónimo.

Qué verguenza!!!!

Semana y media sin bloguear. Qué papelón. Qué vida agitada, dior!!!!

Pájaras pintas

En el Metropolitan antes de ver a Liñán y en la pizzería antes de entrar al Metroppolitan.


Lunes enel Metropolitan, viernes en LO de Oliva

Con baile, cante y guitarras varias... terminó como empezó la semana... festejando💚 Irupé
Me encanta
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Ansible: Festival de ciencia-ficción feminista

MA! (¡O PARTE DE ÉL!)

Muchísimas gracias a todas las personas que nos habéis enviado propuestas, ideas, ánimos y abrazos. ¡Ha sido un proceso de selección muy difícil! Y aún no ha terminado. Nos quedan actividades, participantes, alteraciones… Pero aquí tenéis un buen adelanto de lo que nos espera el 21 y 22 de septiembre en Bilbao.
ANSIBLEFEST: PROGRAMA (¡en proceso!)
MESAS REDONDAS
Hermanas del futuro: mujeres pioneras de la ciencia ficción
Layla Martínez, Laura Huelin
Fabricando humanxs: reproducción, ciencia ficción y feminismo
Lola Robles, Muriel Aurora Ranchal
Feminismo y masculinidades en los videojuegos
Eleazar Herrera, Eva Cid, Ilargi Blasko
Afrofuturismo en expansión
Carla Bataller, Davianna Candelario, Arrate Hidalgo
Ciencia ficción latinoamericana: una habitación propia
Laura Ponce, Maielis González
Viñetas de otros mundos: Autoras de cómic en la ciencia ficción, el terror y el fantástico
Colectivo Autoras de Cómic
Euskal emakume idazleak zientzia-fikzioan: irakurketa berezia
Ana Isabel Morales, Josune Muñoz
Cuerpos e identidades femeninas en el cine de ciencia ficción
Laura Lazcano, Deborah García

TALLERES
“Tijeras para todas”: taller creativo por Amor de Primas
Minieditorial de fanzines Amor de Primas
Literatura colaborativa y corrección conjunta: cómo crecer en grupo
Colectivo Sinécdoque
Zientzia-fikzio feminista idazten: tailerra!
Garazi Albizua

ACTIVIDADES INFANTILES
“Qué superheroína quieres ser”: dibujo y creación de disfraces
Laura Tomàs, María Maldonado

OTRAS ACTIVIDADES
Podcast especial: Sangre Fucsia en directo
Equipo de Sangre Fucsia
Rol en vivo: “La gran tragedia”. Distopía futurista
Colectivo Arcana Nocte
Exposición “En una galaxia no muy lejana…”
Artista: Andrea Alonso.
*****
¡Qué ganas de que llegue!
El equipo de AnsibleFest

Stephen King feminista

Stephen King y su hijo Owen convierten en bellas durmientes a todas las mujeres del mundo

Se publica en castellano la novela que han escrito juntos y en la que una plaga impide despertar a la población femenina

Stephen King con su hijo Owen (izquierda), autores de 'Bellas durmientes'. CODY SMITH
En el largo camino hasta Manhattan desde el aeropuerto de Newark, en medio de la nada, un gran anuncio luminoso se recorta sobre el cielo nocturno: "¿Irás al cielo o al infierno? Si quieres saberlo, llámanos". Es difícil decir si el escalofrío que te recorre el cuerpo es por el inquietante mensaje o por la cita, al día siguiente, con Stephen King, nada menos, el rey del terror. King ha convocado a un reducido grupo de medios para hablar de su nueva novela, Bellas durmientes (Plaza & Janés). El libro, una perturbadora distopía de tintes feministas en la que todas las mujeres del mundo sufren una enfermedad, la “gripe de Aurora” (por la protagonista del filme de Disney), que las hace no volver a despertar tras quedarse dormidas, lo han escrito a cuatro manos King y su hijo Owen.
La historia contiene muchos de los ingredientes de las novelas de Stephen King(elementos similares a los de La danza de la muerte, La milla verde, La cúpula, Cell o 22/11/63, entre otras; también unas polillas que recuerdan a los ominosos gorriones de La mitad oscura),y en gran medida su inconfundible estilo. Transcurre en la ciudad de Dooling, en la ficticia región de los Tres Condados, en los Apalaches, y en buena parte en su prisión de mujeres. Novela muy coral, abundante en personajes, muchos de ellos mujeres, cuenta entre los principales a la sheriff, a su marido el psiquiatra de la cárcel, la alcaide, un funcionario del control de animales del condado con tendencia a sulfurarse y varias presas. La trama arranca con el brutal asesinato de unos traficantes de droga y maltratadores perpetrado por una bella y más bien rarita joven desnuda, que resulta ser emisaria de un ultramundo matriarcal. Mientras, llegan a Dooling noticias de la extraña plaga que hace que las mujeres y niñas queden en un estado de animación suspendida rodeadas de unas hebras que se van convirtiendo en capullos (a medida que las mujeres desaparezcan de la sociedad muchos hombres se convertirán también en capullos, pero en la otra acepción de la palabra).
Los dos King, padre e hijo, reciben en la sede de Simon & Schuster, la editorial de Stephen King, tras hacer esperar casi una hora. Inicialmente, cada uno de los diez periodistas (curiosamente solo una mujer) tiene el privilegio de hacer una pregunta al Rey (o a su hijo). Dada la espera, es probable que sean las diez preguntas más pensadas de la historia del oficio. En el elegante ambiente del piso 17 de la Avenida de las Américas, Stephen y Owen King ponen una nota sorprendentemente proletaria. El maestro del miedo ha decidido vestir para la ocasión vaqueros, gorra de béisbol marrón y la camiseta más cutre que quepa imaginar. Además, durante el encuentro, se colocará un palillo entre los dientes. La indumentaria de su hijo Owen no es mucho más refinada. Parecen salidos de Los rústicos en dinerolandia, aunque, claro, como aquellos, los King han encontrado petróleo (en la literatura). King padre lleva en la mano una lata de Diet Pepsi. El famoso escritor, que cumplió setenta años el pasado 21 de septiembre, se muestra muy cordial (hasta deja que te hagas selfies con él), aunque es imposible escapar al aura intranquilizadora que le rodea, como si llevara pegados a Carrie, Jack Torrance, el vampiro Barlow y, brrrr, Pennywise. Detrás de las gafas sus ojos de un azul oscuro, como élitros de escarabajo, parecen mirar cosas que los demás no vemos, por suerte. Con Owen componen una pareja bien avenida. Bromean entre ellos y se dan réplicas como un dúo de comedia televisiva.
“Los cuentos de hadas son temibles. He pasado mucho miedo con ellos”, afirma Stephen King
Owen King empieza explicando la génesis de Bellas durmientes. "Se me ocurrió y le dije: '¿Papá, qué te parecería una historia en la que las mujeres se durmieran para no despertar?' Me respondió: 'Buena idea'. Y entonces le propuse: 'Escríbela'. Y él: 'No, no, escríbela tú'. Pero era algo muy distinto a lo que yo había hecho hasta entonces". Stephen King acota: "Decidimos escribirla juntos. Era solo una premisa, sin personajes ni nada. Pero surgió la idea de combinar eso de no despertar con una prisión de mujeres. Así que necesitábamos una ciudad pequeña, tipo la Maycomb de Matar a un ruiseñor, un microcosmos que puedes usar para hablar de cualquier cosa. La gran pregunta era ¿qué pasa si las mujeres se ponen a dormir y no despiertan?, ¿qué hacen los hombres?".
La novela tiene un punto de cuento de hadas. "Pero es que los cuentos de hadas, supuestamente para niños, son en realidad temibles. He pasado mucho miedo con ellos".
El autor de El resplandor señala que la colaboración con su hijo fue fácil, no en balde "Owen creció en una atmósfera que era la de su madre (Tabitha, también escritora) y mía: estábamos todo el día escribiendo, y nunca cerrábamos la puerta. Y con mis libros". Owen King apunta que el primero que leyó de su padre fue Los ojos del dragón (1987), una novela de fantasía. "Le gustaban los dragones y los unicornios", recuerda Stephen King como si lamiera a un cachorro. El efecto de la tierna acotación pasa rápido porque el escritor abre la lata de refresco produciendo un amenazador sonido de serpiente.
"Mis tres hijos, Naomi, Joe y Owen son muy trabajadores. Quizá sea algo genético"
Sobre cómo se repartieron el trabajo, Stephen King explica: "cada uno escribía un pasaje, dejando huecos, y entonces intercambiábamos los textos y el otro los rellenaba. Al releer la novela no sabría decir quién escribió qué. Para mí es como si la hubiera escrito una tercera persona. Dos sensibilidades han producido una tercera voz". King padre continúa: "Cuando acabamos de escribir, ¡seguimos siendo amigos! En serio, es maravilloso trabajar con tu hijo". Stephen King comparó esa relación con la ausencia de su propio padre. "Mum trabajó mucho siempre para sacarnos adelante y nos decía que si nos preguntaba alguien dijéramos que papá estaba en la marina, lo que probablemente era cierto. Era una mujer muy fuerte. Las mujeres se mueven y hacen que pasen las cosas". Stephen King asegura sentirse muy a gusto rodeado de mujeres.
En todo caso, son conscientes de que la trama de la novela se presta a una lectura feminista. Las mujeres se marchan a un mundo mejor y dejan a los hombres solos para que se apañen como puedan. "Era interesante ver qué pasaba, ver a los hombres tener que limpiar, sacar la roña del agujero del lavamanos. Mi madre decía que si alguien llevaba una camisa limpia y planchada había una mujer en casa". La noción de fondo es que si desaparecieran las mujeres y los hombres, "el sexo más agresivo", estuvieran solos, el mundo sería mucho peor. ¿Se definiría Stephen King como feminista? "Sí, por supuesto, si serlo significa creer en la igualdad".
Momento de volver a la relación padre-hijo. "Estoy muy feliz con esta novela, todo el mundo se siente muy orgulloso cuando tu hijo te dice que quiere trabajar contigo, porque en general, lo que hacen es correr hacia otro lado. Mis tres hijos, Owen, Joe (Hill, novelista de gran éxito) y Naomi (ministra de la iglesia universalista unitaria y activista gay), son grandes trabajadores. Quizá haya algo ahí genético”.
Tiempo de los consejos de escritura, a los que Stephen King es tan aficionado. "Trabaja cada día para estar lo más fresco posible. Esa es mi mejor recomendación".
Y llega la pregunta del único periodista español: ¿Con la oleada de atentados terroristas por atropello, como el de este agosto en Barcelona, no ha vuelto a pensar en el suyo propio, por una camioneta, y lo que sintió? ¿Una nueva forma de terror? "Seguí lo de ese ataque, es muy triste. Yo sigo pagando las consecuencias de mi atropello, aún tengo secuelas, pero cuando pienso que por muy poco no morí o quedé como Christopher Reeves...".
De la película It dice que le ha gustado mucho, aunque reduce el argumento. Y encuentra al nuevo Pennywise (para el original se basó en el del famoso cuento El troll del puente) "terrific!". Su próxima novela la escribe solo. "Cuanto más éxito tienes, más peligroso es", reflexiona. Y termina: "Hago mi trabajo".