Volvamos a solo coger

Quizás nunca debimos abandonar el plan inicial. Pero, mientras sueño con llamarlo el día de su cumple y regalarle cine y telo, se me parte el alma pensando que ya no pueda calentarme su cobardía, su ridiculez, que no pueda desearlo mientras deseo cambiarle su visión pedorra de la vida, sus celos de mierda, su tristeza, su aburrimiento, su no saber qué hacer con el amor que siente por mí.