A veces se me ocurre que Gustavo hace todos estos kilombos como los nenes para llamar la atención. Ve que mi vida es feliz sin él, que mis hijos e hija, que mi ecosistema, que mi estudio, que hasta mi pata anda bien, y algo tiene que hacer para que yo le preste atención. Lástima que no se aviva todo lo que yo lo atendería si se dedicara a ser feliz y a disfrutar de estar juntos.
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